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¿Qué es la contaminación acústica y cómo afecta a nuestro sueño?

Dormir es una actividad vital para todos nosotros. Pero, si vives en la ciudad, ya te habrás dado cuenta de que la contaminación acústica cada vez hace más difícil obtener esa calidad de sueño que necesitas.

Del sueño depende el funcionamiento correcto de nuestro metabolismo y la energía que podemos poner en nuestras actividades cotidianas. En Bedland nos importa tu salud y, por eso, hemos preparado este post, para explicarte cómo puede afectarte el ruido a tu alrededor.

¿Qué es la contaminación acústica?

No cualquier sonido es ruido, claro, sino que todo depende de la intensidad y del momento. En otro post hemos hablado sobre el ruido blanco, por ejemplo. La OMS ha definido en 65 decibelios el límite saludable durante el día y 30 decibelios para un sueño reparador. Por encima de esto, se trata de un ruido que es perjudicial.

A ese sonido de alta intensidad es al que se le denomina contaminación acústica, y está comprobado científicamente que afecta nuestro sueño y, por ende, también a nuestra salud. Si pensabas que esto era apenas un detalle, la verdad es que es un tremendo problema en nuestra sociedad. Hoy en día hay mucha contaminación acústica, sobre todo en ciudad.

¿Cómo afecta la contaminación acústica al ser humano?

Irónicamente, la contaminación acústica es un enemigo ruidoso, pero que muchas veces pasa desapercibido, pues creemos estar acostumbrados a vivir día a día con una mezcla constante de los más variados sonidos.

Lo cierto es que muchas veces no nos damos cuenta de que muchas dolencias que nos aquejan son debidas, en gran medida, al ruido a nuestro alrededor. La alteración de los ciclos de sueño, así como de su profundidad y calidad es una de las principales consecuencias.

El ruido no solo nos impide conciliar fácilmente el sueño: además de provocar que estemos cansados, también puede interrumpir los ciclos incluso sin despertarnos. Esto genera ese malestar que seguramente ya has sentido al levantarte con la sensación de no haber descansado, con su consecuente descenso en la energía durante el resto del día.

Pero también hay otros males derivados de la contaminación acústica, como dolores de cabeza y pitidos en los oídos, que puede ir deteriorando nuestra capacidad auditiva hasta incluso perder el sentido de la audición.

Otros problemas menos obvios, como la fatiga, la irritabilidad, el estrés, la ansiedad y la depresión, son causados o agravados en mayor o menor medida por estar expuestos a ruido constante y por la falta de un sueño reparador. Además, habilidades como la memoria y el aprendizaje pueden verse drásticamente reducidas a partir de estos problemas.

Fuentes de contaminación acústica

Las cosas que ocasionan ruidos molestos son innumerables en nuestra sociedad urbanita. Desde las actividades industriales y de construcción, pasando por el sonido del tráfico y de los comercios, hasta los sonidos de animales, como ladridos durante la noche, pueden ser factores de contaminación acústica.

Controlar estas fuentes por lo general escapa de nuestras manos. Sin embargo, es posible tomar algunas medidas: un buen colchón en un ambiente agradable al dormir, unos tapones de oídos, el ruido blanco o incluso alejarse por unos días de la ciudad son algunas de las cosas que podemos recomendarte. Puedes saber más visitando nuestra página.

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