Elegir los colores de una habitación no solo es una cuestión de gustos. Son varias las situaciones que nos pueden llevar a preferir unas tonalidades sobre otras. El mobiliario, estilo de dormitorio o luminosidad influyen en la elección de los colores de la habitación. Por otra parte, no es lo mismo partir de cero y armonizar todos los elementos que hacer una renovación para cambiar la antigua decoración. Tampoco es lo mismo decorar una habitación de matrimonio que una habitación infantil. Estimula tu creatividad con estas sencillas pautas sobre cómo escoger o combinar colores para tu habitación.
Colores y tamaño de una habitación
El tamaño sí importa cuando hablamos de colores en una habitación. En este sentido, el blanco es el color por excelencia como color para una habitación pequeña. Esto ocurre porque las tonalidades blancas reflejan la luz y multiplican así la sensación de amplitud. Y no solo ello, pues el blanco o su combinación con otras tonalidades favorece la tranquilidad y el descanso. Pero el blanco no tiene por qué ser una elección de resultados insulsos. Este color neutro tiene múltiples posibilidades, desde las más cálidas a las más frías. El blanco crema, blanco roto, blanco hueso, blanco antiguo, blanco frío, blanco seda o blanco tiza son ejemplos de la gama cromática de este color. Igualmente, podemos dar un contrapunto mezclándolo con muebles o elementos de tonalidades más brillantes y llamativas. Otra opción es unir la luminosidad del blanco con tonalidades cálidas, caso de una habitación color arena y blanco.
De todas formas, existen trucos para dar más profundidad al espacio de una habitación pequeña. Se trata de combinaciones para pintar una habitación de dos colores neutros. Una habitación en color negro o gris en alguna de sus paredes junto a otras blancas es un ejemplo de este efecto visual. Las fotos, cojines o alfombras de color oscuro son otro contrapunto que también contribuyen a un contraste similar.
Estilos de dormitorios y colores
En Bedland, somos conocedores de que en la decoración existen numerosos estilos y cada uno lleva asociado ciertos colores para una habitación. Es posible escoger los muebles y tonos de uno de ellos o incluso mezclar varios en un mismo ambiente como hace el estilo boho. Estos son algunos estilos y sus tonalidades más reconocibles:
- Habitación de estilo nórdico. Sus colores son siempre neutros, desde el blanco a toda la gama de grises. Para los muebles, se prefieren las tonalidades suaves de la madera sin tratar o un barniz que tiende al color natural.
- Habitación de estilo moderno. Los colores de una habitación de nuestra época admiten cualquier variedad. El secreto está en combinarlos armónicamente con los muebles y elementos decorativos para no sobrecargar excesivamente el ambiente. Para pintar varios colores de una habitación, es útil la regla del 60/30/10. El tono dominante ocupa un 60% del total, mientras que el secundario un 30% y el último un 10%.
- Dormitorio infantil. Para facilitar el descanso de los recién nacidos, los colores para la habitación de un bebé deben ser suaves. Esta es la razón por la que se suele utilizar colores pasteles para esta habitación. Cuando son más mayores, podemos involucrar a los más peques en la selección de los colores, alegres pero facilitadores del relax y el sueño.
- Habitación de estilo rústico. Emplea materiales vinculados a la naturaleza como la madera, forja o la cerámica y de ahí también parten los colores para la habitación. Sus tonalidades son cálidas y en combinación con el verde las plantas.
- Habitación de estilo clásico. Este tipo no tiene por qué ser sinónimo de pasado de moda. El beige y el blanco son los colores para un habitación clásica por excelencia. Otros más actuales son bandas bicolores de gris y blanco, azul aguamarina, color topo (entre gris y marrón), verde grisáceo, etc.
